sábado, 2 de marzo de 2013

Sociedad.


Hipocresía, mentira, sin razón, idiotez… son las bases de la sociedad que hay hoy día. Juzgamos sin conocer y sin conocer crucificamos a una persona. Si hay que pisotearla, que atropellarla para sentirnos superiores, se hace, independientemente de lo que esa persona sienta. Da igual, desengañar, mentir, dañar… si eso nos hace parecer más fuerte. No nos paramos a pensar ¿qué es lo que siente esa persona? ¿le habré hecho daño? ¿sufrirá? Simplemente lo hacemos sin más. Se dice, que hay que luchar por las cosas que queremos, pero no a costa de otras personas, porque eso no es luchar, eso es de ser cobardes. Utilizamos la hipocresía como una necesidad básica para conseguir lo que queremos, usamos la mentira para poder avanzar con más facilidad, empleamos la sin razón porque ese es un camino más fácil que el camino de recapacitar,de razonar… la idiotez está a la orden del día y nos vamos pudriendo por dentro y dejamos de ser personas. Utilizamos las personas a nuestro antojo, aunque claro está, que existe personas racionales y excepcionales que van más allá de estos adjetivos, pero esto por desgracia es escaso. Personas, que, buscan una falsa sinceridad, pero que cuando le dices la verdad la niegan, personas que, se quedan en una simple apariencia y no saben valorar el interior de cada persona y prefieren juzgarla sin conocer ni su pasado ni su presente… ¿qué más da? Tan solo es una persona más en nuestro camino, sí, es una persona más en nuestro camino, pero no sabes si esa persona te puede ayudar, o valorar porque no le das ni la menor oportunidad para qué lo haga. Miras a tu alrededor y te sientes solo, aunque estés rodeado de mil persona, pero la soledad se apodera de ti. Necesitas gritar a los cuatros vientos que dónde están las personas de verdad, las personas de corazón, la autenticidad, la originalidad… pero como esta es la sociedad que nos ha tocado vivir, ni siquiera nos podemos quejar con total libertad, porque no la hay, entonces piensas y agradeces de poder ser independiente y que estos adjetivos no te superen, aunque sea un camino angosto pero después obtemos nuestra recompensa y es ser nosotros mismos. 

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