sábado, 12 de diciembre de 2015

Ya amé una vez...

Ya amé una vez… no sé si volveré a hacerlo,
no sé si seré capaz de sentirlo de nuevo.
Ya amé una vez… con todo mi ser,
con todo mi corazón,
que quedó en mil pedazos
cuando llegó el desamor,
dejándolo herido e indefenso.
 Y no sé si podré amar otra vez…
No sé si tendré el valor de volver a sentir
ese cosquilleo, mariposas en el estómago,
esas sensaciones, esos sentimientos…
Ese amor incondicional…
No sé si tendré el valor de sentirlo
nuevamente, porque…

Ya amé una vez… y no sé si volveré a hacerlo. 

lunes, 30 de noviembre de 2015

25 años

25... Sí, 25 años... Pero ¿cómo ha de sentirse una persona con esta edad? Yo no me hago la idea de tener estos años, me siento como si tuviera cinco menos... unos 20, con mis payasadas y tonterías, con mi toque infantil e inmaduro que aparece más de lo que yo quisiera y no lo puedo controlar. A ver, yo me considero una persona "madura", sé lo que quiero, hasta dónde quiero llegar, reconozco mis defectos y mis virtudes... Pero ¡ay de mi! tengo una habilidad fantástica (nótese el tono irónico) para meter la pata, no sé, siempre. De una forma u otra, ¡pum! lo estropeo todo, ya sea con un comentario fuera de lugar, un gesto inapropiado o yo que sé, la cuestión es que siempre la estoy liando. Yo sé que puedo llegar a ser un poco impulsiva, bocazas y que en situaciones nuevas, me bloqueo y ya si me pongo nerviosa... ya es un caos... Y me pregunto ¿Es normal que con 25 años meta la pata tantas veces? ¿Es normal que con 25 años tenga tantas dudas? sí, soy una dubitativa de la vida, todo... o casi todo lo cuestiono, tiendo a desconfiar ¡oh, y eso es mi perdición! ¿Seré inmadura por eso? A veces, observo a mi alrededor y veo a chicas que con mi edad son mujeres, pero yo no me veo así, me veo insegura, en muchas ocasiones débil y frágil, que vivo con miedo y en muchas ocasiones con pánico, que a veces soy cobarde porque me cuesta un mundo expresar lo que siento, y cuando lo hago, en ocasiones me arrepiento, no sé si esto será normal con 25 años, pero me estoy empezando a cuestionar ciertos comportamientos que no ayudan a nadie, no sé si lo lograré, pero ya estoy cansada de meter tanto la pata.

lunes, 23 de noviembre de 2015

El poder de las palabras

Aunque no lo creamos, o no nos demos cuenta, la palabra a veces es un arma mortal. En muchas ocasiones, hay que medirlas o simplemente guardarlas en un cajoncito bajo llave y tirarlo al mar, sobretodo si son palabras que se dicen fruto de estar a la defensiva. En mi caso, el 90% de las veces estoy a la defensiva y eso al final acaba mal... Yo sé, que no todo el mundo es igual, pero después de que hayan pasado por tu vida tantas personas que te han hecho daño, creas un aura de autoprotección que, por normal general, no suele ser buena, hiriendo a personas que aprecias y alejando a las que quieres tener cerca, simplemente con palabras dichas inconscientemente y después de esto, un lo siento o un perdón se queda pequeño, porque el herida ya está hecha... Te sientes mal, tu conciencia te taladra la cabeza, la culpabilidad recorre tu cuerpo y entra en juego el miedo de haber estropeado todo... Estás en un sin vivir,  que no te deja dormir, no te deja sonreír, no dejas de pensar y por cada pensamiento aparece una lágrima... Las palabras, la palabra... a veces es tu peor enemigo porque puede convertirse en un arma.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

De optimista a pesimista.

Hace mucho tiempo, yo era optimista... Pero de eso, ya hace mucho... Cuando las inexperiencias marcaban mi vida y los errores que cometía los utilizaba para aprender... Pero de eso, ya hace mucho... De las cosas malas, pensaba... Tranquila, ya vendrá algo bueno. Mantenía la esperanza de que el cosmos, el karma o yo que sé, se daría cuenta y me enviaría algo positivo... Ja! todavía no se ha dado cuenta. Hace mucho tiempo, yo era optimista... Hasta que las cosas empezaron a ir de mal a peor, palo tras palo, día tras día... Hace mucho tiempo, yo dejé de ser optimista... Ser optimista, solo sirve para ilusionarte de algo que sabes perfectamente que va a salir mal, calentarte la cabeza a sabiendas que es una pérdida de tiempo, cambiarte el estado de ánimo porque sufres y lo pasas mal... y ¿Seguir siendo optimista? no, para mi, eso es ser masoquista... No quiero sufrir más, no quiero pasarlo mal de nuevo... siendo... "optimista". Esa actitud, ese estado o sea lo que sea, lo he cambiado a realista... Sí, ser realista, y esto normalmente, me lleva a ser pesimista... Pero creo que es la opción menos dañina, evita muchos fracasos (no todos), y aunque la esperanza es lo último que se pierde, soy realista o pesimista o como lo prefieran llamar... Pero a estas alturas de mi vida, no soy optimista, ni quiero serlo, aunque ya me gustaría... las personas optimistas parecen más felices... Pero hoy día... yo no puedo... Hace mucho tiempo que era optimista, pero dejé de serlo.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Dejarse llevar... Suena demasiado bien...

Dejarse llevar... Qué bien suena...
Pero no sé si valdrá la pena. 
El corazón me cuenta una historia,
que la razón desmiente con otra...
Si me dejo llevar,
las horas se convierten en minutos, 
el tiempo pasa volando, 
mientras, el corazón va hablando...
y la razón, va susurrando... Peligro...
Pero es que dejarse llevar, 
suena demasiado bien... 

jueves, 10 de septiembre de 2015

Atracón de sentimientos

Tragarme las palabras,
que quiero decirte,
una tras una,
se amontonan en mi garganta...
Ingerir cada uno de los sentimientos
que voy sintiendo
con el paso del tiempo...
No puedo expresarlos,
no puedo contarlos,
ni decirlos...
Tengo que ocultarlos
Debo ocultarlos,
Debo callarme... sí,
será lo mejor, callarme...
Pero son tantas las palabras,
son tantos los sentimientos
las dudas, la incertidumbre,
la incógnita, casi celos...
Casi miedo...
miedo...
Tragarme tantas palabras,
teniendo un atracón de sentimientos...

sábado, 29 de agosto de 2015

Lo intenté, lo intentaré

Al principio me negué,
lo negué...
pero sin saber por qué,
lo intenté...
Créeme, lo intenté.
Intenté vivir,
intenté olvidar,
intenté seguir,
pero no me podía dejar llevar.
El miedo se apoderaba
de mi poco a poco,
invadiéndome sigilosamente,
convirtiendo mi mente
en un mar de dudas
en el cual,
yo navegaba sola...
Lo intenté,..
Créeme, que lo intenté.
Intenté quitar
la mala hierba
que en mi habitaba,
para que las buenas
florecieran...
Pero en lo más profundo de mi ser
El pánico las marchitaba...
Lo intenté...
Lo sé, lo intenté
Pero las malas experiencias
la razón me nublaba...
Quería dejarme llevar,
lo necesitaba,
te necesitaba...
Pero el miedo hacía
que de todo... desconfiara.
Te negué,
me ilusioné...
Lo intenté,
Te lo prometo, lo intentaré

viernes, 21 de agosto de 2015

mil y una formas

Mil y una formas de acabar con mi paciencia.
Mil y una formas de volverme loca
de querer gritarte, de malhablarte.
Mil y una formas de enfadarme,
de hacerme perder el tiempo,
de hacerme creer que yo era alguien importante,
o al menos interesante.
Mil y una formas de acabar con mi paciencia
y de querer desquiciarme,
de llevarme al límite,
sin comprender, que puedes herirme.
Mil y una formas, de perderme,
de perderte,
de olvidarte...

Paciecia

Paciencia, bendita paciencia
que en mi escasea...
Que te vas acabando
que vas desapareciendo.
No me queda mucho
y no sé si eso me da miedo,
porque llegará el día
en que se desvanezca,
se evaporice, y
será entonces cuando
llegarás a tu final...
A terminar la partida
de un juego en el cual,
solo tú pones las reglas
sin tener en cuenta
a tu contrincante,
que al parecer es uno más
con el que jugar.
Paciencia, insuficiente paciencia...
te vas agotando,
y vas dejando paso
a la desilusión,
al hastío,
a la molestia,
a la irritación...
Paciencia, que deja paso
a la impaciencia,
a convertirme
en un ser irracional...
desquiciarme,
defraudarme,
que quiera olvidarte,
y de nuevo, desilusionarme.