El nuevo curso comenzaba y yo tenía miedo por volverlo a ver y por la convivencia en mi nuevo piso. De vez en cuando soltaba alguna lagrimilla... pero ya eso era menos frecuente... Total, llegué a mi nuevo piso, personas nuevas, desconocidas con las que tendría que convivir durante el curso... Los nervios y el miedo se iban apoderando de mi, menos mal que tenía amigas y de cierto modo con ellas me podía "refugiar" un poco. Llegué a ese pisito antiguo con unas escaleras que daba miedo, abrí la puerta, me presenté... y parecían buenas chicas... bueno con una no lo tenía del todo claro, ya que era compañera mía de clase el año anterior y tuve... "ciertos problemitas" con un trabajo para una asignatura. No sabía si la suerte iba en mi contra o simplemente que tenía mala suerte. Me encerré en mi habitación, las lágrimas me acariciaban la cara... deshice la maleta... la habitación pequeñita, pero acogedora y pensando en la mala suerte que había tenido me quedé dormida.
Suena el despertador... primer día de clase, me visto, desayuno y me voy para la universidad. ¿Lo mejor? ver a mis amigas, era el único aliciente que tenia para ser un poco optimista. Primera clase, segunda clase... el día pasaba entre clases y charlas, no estaba mal. Por la tarde, quedé con una de mis amigas para dar un paseo y tomar café, pero sobretodo para ponernos al día.
Al día siguiente... Lo vi... dios mio lo que sentí, el corazón parecía que iba a salir, sentía amor y odio a la vez, estaba claro... no lo había superado. Otra vez la pena me comía por dentro, estaba dentro de un bucle de confusión y desesperación, no lo había olvidado, y de repente, todos los recuerdos se amontonaban en mi mente, uno tras otros... después de tantos meses ¿cómo podía ser posible?, pues lo era, tristemente, lo era. Después de todo un verano, seguía en mi mente, solo podía intentar olvidar, pero ¿cómo?. DESESPERACIÓN, IRA, IMPOTENCIA, me dominaban, todo iba mal... pero increíblemente la cosa mejoraba...
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