¡Qué dificil nos resulta encontrar el amor y qué fácil es
perderlo! Cuando se tiene todo es felicidad, cuando se pierde… el dolor que
sientes en el interior es indescriptible. Sientes que todo el sentido que tenía
tu vida se esfuma por arte de magia, tus ilusiones acaban en el suelo, el
desengaño es enorme, todo se ve oscuro, negro, lúgubre… un dolor tan fuerte que
parece que te desgarran la vida poco a poco, un sufrir indescriptible… te falta
el aire. Hallarse en un sufrimiento perpetuo, desesperanzado, desconsolado y
necesitas que el tiempo corra como nunca y parece que los segundos no pasan. Te
despiertas, espera que todo haya sido una pesadilla, un mal sueño… vuelves a la
realidad, todo es verdad… lloras, desesperas y sientes morir en vida, te
arrepientes de decirle las palabras más profundas de tu corazón, de contarle
tus secretos más ocultos… de conocerle. Lo maldices, pero te das cuenta de que
estás engañando a tus sentimientos…
recuerdas esos momentos tan maravillosos y ya… no están. Soledad que te
cubre con su manto, te atrapa… buscas el fallo que has tenido, te culpas de
ciertos momentos en qué tuviste un comportamiento inapropiado, piensas ¡fue
eso! Y vuelves a llorar desconsoladamente como si tu alma en un instante desapareciera,
se aleja de ti y te sientes incapaz de todo, nada merece la pena, porque lo que
más querías se ha ido de tu vida, sin más, pasa a convertirse en una persona
desconocida, pero que curiosamente conoces a la perfección y sabes que es un
cobarde que no supo luchar por lo que amaba, prefirió el camino fácil… pasa el
tiempo, sigues recordando, sigues sintiendo… pero comprendes de que esa persona
no lucho por ti, y que simplemente no merece la pena, y esperas encontrar a esa persona que sí sepa luchar y que sí
sepa amar…
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